lunes, 21 de mayo de 2012

24 h. de vespa TVB- Resistence

No dejábamos las dos ruedas.
Otra medida, menos diámetro, cilindradas con historia, motos con carácter.
Quién dijo que las vespas eran para ir a pasear.
Quién dijo que las vespas eran para pasar un día tranquilo de campo.
Quién dijo que las motos son sólo para el verano.
Que se yo quién dijo eso.
Pero la posición privilegiada que habíamos escogido desde seguir una ruta, nos ponía la piel de gallina, los pelos de punta. Como estas motos llenas de historia se podían conducir de esta manera, y más, conducirlas durante 24 horas seguidas. Vamos, para quitarse el sombrero que no llevaba.
Me había acercado al Circuito Internacional de Zuera para ver este pedazo de espectáculo.
Grupos de un mínimo de tres y máximo de seis participantes hacían rugir esos motores italianos llenos de sonidos peculiares. Algunas de ellas llevaban modificadas hasta llegar a la categoría PROTO.

Otras, las de SERIE, con sus piezas originales y su sonido característico de moto tranquila, pero nunca mas lejos de la realidad.

Participantes cercanos y conocidos y hasta los "guiris" mas lejanos hacían un total de .....mucha gente metida en unos boxes repletos de buen rollo motero, de camaradería y de muchas horas de estancia. Una locura muy bonita para los que amamos las dos ruedas en su mas amplia gama de modalidades.

Así, comenzaban los entrenos libres y oficiales de una carrera sin igual.
Veintricuatro horas ininterrumpidas.

Las primeras curvas, los primeros minutos de pelotón, se iban rompiendo y se llenaba todo el circuito de motos.

Todas las curvas, las rectas, caídas en las cunetas, mecánicos y pilotos corriendo por el pit-lane, cada 65 minutos cambio de pilotos.

Repostajes, arreglos de caídas y todo un sinfín de cosas y anécdotas que durante todo el día y la noche no paraban de llenar comentarios, risas y lastimas. Como las caídas y roturas que dejaban fuera a algunos equipos.
Llegaba la noche, la frescura y la escasa visibilidad hacía que los pilotos extremaran la precaución para adentrarse en un trazado muy técnico y rápido a su vez.

Iban pasando las horas, pasando las motos, pasando el cansancio de la noche. La luna quería iluminar las curvas, enseñarnos con su reflejo los dorsales de los pilotos. Pero hasta que no empezó a amanecer todo eran estelas de luces, como si fueran fantasmas a toda prisa huyendo de la luna.
Se iba despertando el día, pero los equipos no paraban de dar vueltas al trazado. Quedaban pocas horas hasta las 12 de la mañana para conocer a los ganadores.

Así tras 926 vueltas al circuito y todo un día con su noche el Team Germany se hacía con el triunfo.
Y nosotros, desde seguir una ruta nos quedabamos con la grata sensación de volver a casa, a nuestro Moncayo maño, viéndolo levantarse poco a poco. Amaneciendo sus parajes, arrancando su motor pero esta vez con sonido italiano.

Salu222
El calaveras

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