miércoles, 17 de agosto de 2011

Mas de un millón de curvas.....

Por fin comenzaba una ruta esperada, tras un año de preparativos, muchas conversaciones, cambios de rutas, nuevos retos por Europa central, cinco países e infinidad de curvas, saliamos cuatro personas con dos BMWs, una GS y mi RT.




Desde seguir una ruta nos dirigíamos hacia los Alpes, con el fin de poder pasar muchos puertos de montaña, pasos de mas de 2000 metros que hacen los descensos interminables y las subidas terminan allá donde el cielo comienza.
Así partimos con dirección Pirineos, para empezar las curvas en nuestro país, y llegando a la localidad de Laspaúles, donde mi amigo Larry nos esperaba en su camping( www.laspaules.com ). Habíamos hecho 306km.
Intentando afinar las jornadas para disfrutar al máximo los días de curvas, nos veíamos obligados a coger autopistas de pago ( tan odiosas por mí), pero si quieres pasar países europeos rápidamente en moto no hay otro sistema.
Francia, Suiza, Austria e Italia son los países, además del nuestro, que pasamos. Con los cuales, se podría abrir un amplio debate sobre el diferente estado de sus carreteras, sus peajes, su acondicionamiento, sus señalizaciones, y sobre todo, la conducción de sus vehículos.
Así llegábamos a la localidad de Crest, en el sureste francés con 671km. Buscamos el famoso camping Le Mo..pu..tte.., el cual nos decepciono de gran manera tras la clavada de euros que nos cobraron tras pasar la noche en tienda de campaña. Podíamos haber pasado la noche en un Hotel de cuatro estrellas por el mismo precio, de hecho hubo sitios que luego nombrare que nos cobraron mas barato durmiendo en bungalows con tu baño y tu cocina. Resumiendo, no se lo recomiendo a ningún motero.
Con el escozor de la cartera y las ganas de comenzar a recorrer puertos de montaña y adentrarnos en los Alpes, comenzabamos la ascensión de estas montañas por el C. de Grimone para seguir a por el C. de la Croix Haute. Así se empezaban a mostrar los valles y verdores naturales de unos paisajes desconocidos, una presentación educadamente maravillosa con la cual los Alpes nos daban su bienvenida. Un saludo a estas montañas llenas de fama, tan nombradas en el mundo de las dos ruedas.
Dos ruedas que se agarran al asfalto, donde las motos y los ciclistas nos damos la mano para recorrer unas descomunales subidas que nos llevaban a Alpe-d`Huez.
Tras hacer su descenso tomamos dirección del C. de Lautaret y seguido a por Col du Galibier, el cual me impacto su grandiosidad, donde una montaña te hace sentirte una miniatura, un pequeño punto en un mundo de altura, como la montaña te deja subir  a sus dominios. Pidiéndole permiso en cada curva para poder llegar a ver desde sus ojos unos paisajes alucinantes.
Tras el largo descenso, cogemos dirección a Val d´Isere, donde acampamos en el camping " Le Chardon Brue" en la localidad de Vanoise, y 294km a las espaldas.
Aquí nos trataron bastante mejor de precio, y donde la cena a base de pizzas, fue bien acogida por nuestros estómagos para reponer fuerzas. Y tras el "cigarrete, sir vou ple", nos fuimos a la tienda a dormir.
Un buen desayuno y el acopio de productos de la zona para los diversos pic-nic que íbamos a realizar por diferentes puntos de Europa, nos llevaron  a pasar el Col de Iseran, Col du Petit S. Bernardo y Col de Gran S. Bernardo, en los cuales nos juntábamos con otros moteros españoles que nos llenaban de satisfacción usar el mismo idioma.


Así nos pusimos en ruta tras la charrada, dirigiéndonos hacia la ruta de "los pass", unos cuantos puertos que los hicimos al día siguiente con las motos mas ligeras de peso, ya que nos quedamos dos días en Ulrichen, un pueblecito muy bonito  en el que hay un cruce para poder coger varias direcciones. Nos hospedamos en el Hotel Astoria ( www.astoria-obergoms.ch ), ya que amenazaba agua, y que por la noche no dejo de golpear los tejados de la localidad. Habíamos completado otros 362km.
Comenzamos la jornada con un completo breakfast, y la intención de hacer un bucle a tan bella zona, curvas de ensueño y asfalto bastante bueno, nos decía Suiza que el día iba ha ser espectacular, y sin duda que acertó. La localidad de Glestch bifurca en varias carreteras donde las ascensiones a sus montañas nos dejan ver unas panorámicas llenas de encanto, aunque la niebla nos quiere cerrar las vistas, producen unos paisajes tenebrosos pasando el Grimselpass, para mas tarde llegar al Sustemplass. Este fue bautizado como "Sustom-plass", ya que el amigo Güis aparco de manera un poco tosca, llegando las posaderas a tocar el asfaslto pero sin mayores problemas que las risas.
Este puerto con su glaciar a la vista, sus cascadas del deshielo y sus paisajes de ensueño no hay que dejar de hacerlo.

Las curvas y paisajes tenían formas y relieves. Por fin, no solo veía en fotos unas montañas deseadas por muchos moteros del mundo, aquí estábamos en el medio de los Alpes, seguiamos siendo una miseria en la inmensidad de la montaña. Tras este espectáculo de la naturaleza nos dirigimos hacia Andermatt, donde el almuerzo nos dirigía hacia el Passo de San Gottardo, el cual hicimos dos veces. Bajamos lo nuevo, donde los discos de freno y pastillas olian como una herreria, olores a goma y soldadura, frenadas que todos los vehículos apuran por las pendientes tan pronunciadas. Pero allí estaba, al otro lado de la montaña, esa famosa vía, espectacular por su compleja conducción. La subida romana al San Gottardo, aunque de romana ya tiene poco.

En cuanto llegamos nuevamente a la cima, lo volvimos a bajar por la carretera nueva y fuimos hacia el Nufenenpass o Passo della Novena. Con unas vistas de un lejano glaciar que desde la terraza del bar te dejan la boca abierta.
Así bajando el valle y con 196km llegamos a Ulrichen donde estábamos alojados desde el día de antes. Preciosas curvas, chulisimos paisajes y un tiempo, que de momento nos acompañaba bastante bueno, hacia que la cena y la sobremesa se liaran un poco.
Comenzaba un nuevo día, nueva ruta, nuevos puertos, nuevas sensaciones, todo nuevo salvo las monturas y la compañía, buena gente para compartir viaje. Los madrileños, Güis y Ana, y mi hermana Angelines aguantaban carros y carretas en este fenomenal viaje. La ruta de hoy en busca del Furkapass, Oberalpass y a por el Spluga. Este ultimo salvaje en todos los sentidos. Impresionante sus vistas y paisajes. Imposibles sus curvas. Dureza en un trayecto, que con la moto cargada hasta los topes, llegas a aborrecer el puerto como me ocurrió con el Stelvio. Posiblemente sin carga se disfrutaría mas estas carreteras pero las circunstancias eran otras e ir como los caracoles, con la casa a cuestas, es lo que tiene. Aún así, el Spluga es flipante, como, con una moto bajas una montaña por su vertiente mas perpendicular. Noventa grados de pared, túneles que se meten donde nadie sabe, donde la montaña sólo conoce, guardarrailes que por una vez agradeces que estén en su sitio. Simplemente, no es el que mas me ha gustado ( por su conducción), pero si, el que mas me ha impresionado.Verdaderamente es alucinante.

Así llegamos a Chiavenna y en St-Moritz nos dirigimos al Passo de la Bernina, Passo de Forcola di Livigno, y Passo de Foscagno para llegar a Bormio con 361 km al camping "Cima Piazzi" www.cimapiazzi.it. Aquí fue, con los precios en la mano, el único sitio donde nos hicieron precio especial por ser moteros. Cena espectacular y el desayuno fue un manjar.
Nos esperaba el Stelvio para comenzar el día con alegría, y así fue. Un día soleado. Con las curvas y "tornantes" numerosos de este puerto, dificiles de trazar, complicados, trabajosos, pero no devilitaban nuestras ganas de hacerlo, de sacar la foto, de estar allá arriba junto a las nubes o incluso por encima de ellas. Ese es el Stelvio o Cima Coppi. Donde las vistas cambian de un segundo a otro, tan pronto se cubre como sale el sol. Habiamos coronado la cima más nombrada de los Alpes.

Que mejor recuerdo que una vez arriba nos juntamos con españoles que recorremos mundo ( Mc Bauman entre otros) y tras charrar un ratico y las fotos de rigor, cada mochuelo a su olivo, como se dice en el Monkayo.
Tras una bajada prudente y larguisima nos dirigíamos al Passo di Giovo o Jaufenpass, que me hizo divertirme de una manera sin igual. Curvas de segunda y tercera hacen que la moto se mueva como en un baile. Harto ya de curvas imposibles por fin llega una subida divertida( que bien me lo pase) . Nos acercamos a Austria para conocer el glaciar GroBglockner, acampando en el camping "Lindlerhof"( www.lindlerhof.at). Habiamos hecho 306 km que nos enseñaba un pais serio, como serias sus miradas, serias sus acciones, ordenados en sistema, no te salgas de su orden, eres extranjero!!!!
Cobran por sus passos de montaña, matemáticos, cuadriculados, esto es lo que hay. No volveré. Así conocimos el glaciar, y el montaje turístico que  tienen montado.
Tras esta visita, nos dirigimos hacia Cortina d´Ampezzo al  camping Olimpia, donde el único bungalows de la zona nos esperaba muy gustoso. Este día, los puertos brillaron por su ausencia, pero los paisajes no dejaron de sorprendernos en todo momento tras 210 km.

Comenzó a llover por la noche y no nos dejo en toda la mañana, camino de Venezia, ciudad encantada, rincones únicos. Cosmopolita son sus aguas, un mediterraneo lleno de vida y movimiento a todas las horas del día y de la noche. Hicimos 161 km hasta el camping "Della Serenissima" ( info@campingserenissima.it ), donde nos trataron fabulosamente, por ser moteros y además españoles.
Estuvimos todo el día por Venezia, donde los kilómetros se hicieron andando y como turistas haciendo infinidad de fotos, aquí os dejo la mejor para seguir una ruta. ¡ Ojo con la altura!

Otro viaje, otra idea, una buena penitencia nos esperaba.... mas de mil quinientos kilómetros de autopista para volver a casa, menos mal que hicimos varios puertos de los Alpes Marítimos, el Col de Montgenevre, Col de Izoard y después de 590 km paramos en Guillestre para dormir y cenar.
Al día siguiente, pasando por el grandioso Col de la Bonette con sus 2802m de altitud. Cogimos ruta hacia Niza, y cogiendo las odiosas autopistas nos llevaron a Molló en Girona, donde el hotel Calitxo nos hospedo gratamente( www.hotelcalitxo.com ), habian sido 721 km. Sólo nos restaban 498km hasta Alcala del Monkayo, ganas de llegar, autovías, radares y mucho calor jodieron el encanto que los Alpes habían causado en mi mente. Cansancio, mucho cansancio,cansancio de días sin curvas.
Un viaje de 12+1 días, un viaje de mas de un millón de curvas, un viaje con mas de cien mil fotos....no sólo es un viaje. Cinco mil trescientos kilómetros ( unos 600km mas los madrileños) y no me lo puedo creer, sigo teniendo ganas de coger mi moto.

Agradecer la fabulosa compañia de los acompañantes, agradecer a nuestras monturas que nos hayan traido a casa y agradecer que todavia haya zonas donde los dos carriles no existen.
Y " atxi namas" a preparar otra embarcada de estas por el mundo.

El calaveras