jueves, 24 de noviembre de 2011

Recuerdos de un pasado.

Era sábado. Amanecía con buen tiempo la mañana. Tras días de lluvia, y las sucesivas consultas a los modernos medios de la "red", arrancabamos desde seguir una ruta hacia una parte del territorio aragonés lleno de historia. Gritos, voces, estruendo, silencio, pena, horror. Multitud de sentimientos para un corto recorrido de 400 kilómetros a lo largo de un pasado de guerra y malos vientos.
Así saliendo de Alcalá de Moncayo, dirección Zaragoza, cogimos carretera de Villamayor. Tras un pequeño almuerzo en Perdiguera, vamos a ver el Monasterio de Nuestra Srña. de Magallón (por cierto, aquí se almuerza fabulosamente), donde las vistas siempre dejan al descubierto un horizonte lejano, donde las distancias no parecen ser lejanas.

Desde allí, veíamos la Sierra de Alcubierre, donde comenzaba realmente la ruta de hoy.
La ruta Orwell, así la bautizaron en su día.
La vuelta a un pasado, el recuerdo de unos años nefastos para unos y realmente nefastos para todos.
No deja de ser curioso, como la sangre de nuestros antepasados, ahora son motivo de turismo. Cuando antes se mimetizaban con la tierra para no ser vistos, ahora se señaliza para poder realizar la visita.
Toda España resulto herida por una guerra civil, y concretamente el corredor del Ebro y sus inmediaciones recibieron grandes batallas y revueltas.
Este recorrido es una parte, ya que para otras rutas llegaremos a Belchite, también la zona de Fuendetodos y Cariñena, donde la guerra civil también dejo una buena mella en el paso del tiempo.

Esta es una de las trincheras, actualmente reconstruidas para poder realizar visitas, aunque ya se empiezan a verse los desperfectos que personajes sin alma ni pasado ( y posiblemente sin una madre conocida) empiezan a romper y destrozar.
De aquí, nos dirigimos a Alcubierre, y en Robres el restaurante-bar "La Plana" nos sacio la sed y los malos recuerdos de otra época.
Hoy no era día de disfrutar de las carreteras comarcales que habíamos decidido recorrer, ya que salvo algunos baches nuevos, esta casi igual que hace veinte años o mas que la recorrí por primera vez.
Así, fuimos a Grañen y por Lalueza hacia Sariñena, para coger el desvió de La Almolda y adentrarnos en otra historia del pasado.
La fabulosa historia del Bandido Cucaracha. Héroe para unos, villano para otros.
Pasamos por Monegrillo y en Farlete paramos a comer en Restaurante Casa El Molinero, donde se come de forma casera y muy bien atendido.

Después de la sobremesa, acabábamos el bucle a los monegros, ese desierto lleno de pasado, lleno de historias, lleno de paisajes, que nos devolvía a nuestro Moncayo que no le faltan tampoco historias que contar.
Un día estupendo, en buena compañía, unos pocos kilómetros de historia, que también se escriben tras las curvas, tras los cruces, tras los montes.
Veremos de lejos el pasado, para que no se acerque y nos deje vivir en paz.

Salu222
El Calaveras