jueves, 5 de mayo de 2011

VI Ruta de los Penitentes

Esta es la crónica que desde seguir una ruta estaba deseando hacer mucho tiempo atrás.  Esta edición era la sexta, y por diferentes  motivos, no había podido hacerla en las anteriores ocasiones.
Esta Ruta empezó para mí un 12 de Febrero, porque al ser novato, nos teníamos que apuntar en persona, así conocíamos un poco el ambiente del Club Motor Monrepós. Ocasión perfecta para reunirnos los colegas de ZGZ para cenar juntos y pasar una bonita  velada.

Pasaron los días, deseando que el día 29 de Abril llegase con la mayor brevedad posible para ir a recoger la documentación necesaria para hacer la ruta. Realizar actividades organizadas, como un pasacalle por Zaragoza , el encuentro con compañeros moteros de diferentes lugares, brindis de bienvenida y mucho darle a la húmeda, pasó el viernes.
A las seis de la mañana, estaba previsto el desayuno y la primera moto en salir para hacer el recorrido estaba prevista a las 6,40 h.  Salíamos en cuarta línea, así que el madrugón fue bueno, pero necesario ya que nos quedaban unos cuantos kilómetros por recorrer.


Salimos y en Seguir una ruta como a todos los demás nos quedaba todo el día para disfrutar encima de nuestras motos y de bellos paisajes por el pirineo aragonés y  francés, el cual tenía sorpresas preparadas para nosotros.
Dirección Huesca, pasar Argüís y el puerto del Monrepós (que siempre está en obras), nos hizo llegar al cruce para ir al puerto del Serrablo, donde pasaríamos el primer puesto de control.  Boltaña,  L´Ainsa, Campoo, el congosto del ventanillo, Castejón de Sos (dónde repostamos), subir el Coll de Fadas, nos hizo llegar a Laspaúles para sellar el segundo control y almorzar merecidamente.
Un importante despliegue de medios realizo el pueblo de Laspaúles y sus habitantes,  que llenos de hospitalidad, educación y buen hacer, se merecieron una muy buena nota para su primera aventura motera de esta magnitud.
La localidad y todo su entorno, paisajes, carreteras y montes temáticos requieren de buena gana una visita durante cualquier época del año.
Después del merecido descanso y sobremesa del almuerzo nos pusimos en marcha nuevamente, ya que nos quedaban todavía mucho por recorrer.
Dirección Viella, Bossost y empezar la ascensión del mítico puerto del Portillón nos adentro en el país vecino de habla francesa.
Sus montañas con orientación norte producen unos paisajes de diferentes verdes llenos de humedad que rebosan por todos los rincones. Así, pasamos unas carreteras bastante mejor cuidadas que en España para llegar a la localidad de Arreau y comenzar la subida del Col d´Aspin, donde teníamos el tercer punto de control.
Después de estirar las piernas, remojar el gaznate y charrar con los compañeros de viaje, comenzamos nuevamente la ruta hacia Bagnères de Bigorre y un cruce escondido nos llevaría por una carretera estrecha pero muy bonita hacia Angelès-Gazost, donde paramos a probar la mundialmente conocida cerveza Foster a precio francés. Llegamos luego a Arrens y subimos al Col du Souler, donde estaba el cuarto control de paso, y allí, las sorpresas francesas se hicieron latentes. Por un lado el recorrido inicial se vario, ya que el Col de Aubisque estaba cerrado por avalanchas, pero lo habían abierto el día anterior y así lo hicimos quitándonos algunos kilómetros sobre el mapa inicial.
Por el otro, hacer la foto y empezar a llover y granizar todo fue uno, así que nos tuvimos que poner el mono de agua rápidamente y que hasta Argüís no nos lo quitamos. Porque ir a Laruns, pasar a España por el Col du Portalet, Formigal (donde repostamos), Biescas, Sabiñanigo, el puerto del Monrepós y Argüís el último control de paso, todo fue lluvia. Aunque el sol volvió a salir.
Ya sólo quedaba llegar a ZGZ, que por la N-330 nos llevo hasta el Hotel Diagonal Plaza, donde habíamos salido a la mañana y después de 731 k. volvíamos para cenar.
La jornada se había completado sin percances, ya que el respeto de los conductores en todo momento y la buena camaradería existente de los participantes hizo de un día espectacular algo inolvidable, que gracias al buen hacer del Club Motor Monrepós, un año más a sido un éxito La Ruta de los Penitentes.
Recordar además, que cuando un buen fin se lleva a cabo las cosas salen mejor. Porque este año, el recuerdo de nuestros amigos perdidos, estaba muy presente. Yo no conocía a Tomas Berna, pero si a Miguel Calvera, alias Mikimoto, pero la
misma persona son para mí, ya que sus recuerdos llevo en cada viaje, como me saludan desde esos puntos negros en los que todos tenemos algún amigo, como nos ayudan donde quiera que estén, como nos guían por esas carreteras que ellos mismos pasaron algún día. Grandes personas montadas en sus monturas que no dejaran de hacer kilómetros nunca, ya que el recuerdo, de moteros eternos estarán en nuestra mente. Tu hija Ana te acompaño en un viaje como tantos has hecho, y que seguirás haciendo, con ella, conmigo, con las dos ruedas de cualquier moto.
Gracias Miki por tus historias inolvidables, tu sonrisa y tus consejos.
Salu222
El calaveras

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