jueves, 18 de octubre de 2012

Pinto y su Pumtun Geográfico

Volvíamos a mirar el mapa para elegir carreteras desconocidas.
Carreteras sin marcar en mi antiguo mapa roto en sus múltiples pliegues.
Oscuras carreteras en un papel viejo como el desgastado asfalto que hemos ido recorriendo a lo largo de los años por toda la península.
Un negro rotulador que marca trayectos insólitos.
Carreteras rotas y agrietadas, carreteras con un pasado, carreteras con recuerdos, muchos recuerdos, como tantos viajeros que las han recorrido.
Motones de piedras colocadas daban formas a pueblos, castillos, torres de vigilancia y murallas. La preciosa provincia de Castilla y León me decía buenos días con lluvia en la cara.
Desde seguir una ruta habíamos elegido cruzar por Soria y Guadalajara para adentrarnos en la Comunidad de Madrid.
Un pequeño viaje con historia, bonitos pueblos y fabulosos paisajes.


Salíamos con el colorido arco-iris de compañía y los oscuros nubarrones de fondo. Un contraste peculiar que me invitaba a colocarme "la funda" del mono desde primera hora de la mañana.
Increíbles paisajes como siempre me obsequiaba el Moncayo. Colores otoñales que absorven mi atención.
Pasaba localidades como Agreda, Almazán, Barahona y dirección Sigüenza.

Masegoso y Brihuega me acercaban a la localidad de Pastrana. Aquí no nació Trabis Pastrana, jejeje. Pero era dónde había quedado con los amigos madrileños para tomar un "piscolabis".
Tras un paseito por el pueblo me tenían preparado una rutilla pasando por Sayatón, Sacedón y Durón para ir a comer a Trillo, famoso por su central nuclear (grrr).
Aquí encontramos una bonito nombre de calle donde muchos podíamos vivir juntos pero no revueltos.

Cifuentes nos tenía preparado el café y su bonita plaza nos decía que el famoso museo de la moto lo veríamos otro día ya que estaba cerrado.
Uno de los miradores del embalse de entrepeñas nos dejaba ver las tan nombradas "Tetas deViana", señaladas con la mano izquierda de mi amigo Güis. Unas vistas preciosas tras un montón de curvas de carreteras comarcales con gravilla y baches.

Así Budía, Escopete, Ambite, Orusco de Tajuña, Tielmes, Morata de Tajuña y San Martín de la Vega nos acercaban a la población de Pinto. Llena de rotondas y resaltos nos recibía el barrio de La Cristina, y mas concretamente el bar de Ángel. Que pedazo de crack!!!.  Sus famosas tapas con la cerveza mas felina del mundo ( la Miaú) hacían de un recorrido largo, el mejor recibimiento.

La larga duración de la noche, hacía que la mañana fuera propicia para no hacer nada.
Madri.
Si si, Madri.
Así lo llaman los madrileños, y su visita la dejamos para el sábado.
Aunque le quiten letras, que grande es Madrid. Enorme diría yo. Sus torres, sus calles, sus circunvalaciones, sus palacios, sus carteles.
Una rubia y otra morena, son las mujeres de Madri..Que grandes son también.
Nos volvíamos a Pinto, donde el paseo por sus calles era necesario. Su torre del homenaje, su antigua plaza, los carteles animando a Contador y su pedestal marcando el centro geográfico peninsular me hacían rellenar esa culturilla general que absorbo por los lugares donde paso.
Llego la vuelta a casa, y como no, intentando evitar los dos carriles, incluso mas en las M´s 40 y 50, me iba por Arganda, Loeches y Pozo de Guadalajara para cruzar Guadalajara e ir dirección Jadraque donde su castillo me avisaba de los nubarrones que me esperaban en el camino. Que bien siguen haciendo su trabajo estas torres de vigilancia y castillos elevados.
Lluvia hasta el Moncayo.
Buen recorrido habíamos hecho desde seguir una ruta. Anotando mas ruticas para hacer y sitios para visitar.

Salu22222
El Calaveras